El narcocorrido mexicano: expresión de una sociedad en crisis

Publicado en Seguridad Pública

El narcocorrido mexicano: expresión de una sociedad en crisis

El narcotráfico y el dúo música-canto

En México, la música y el canto se han impregnado poco a poco de un tema nuevo: el narcotráfico, plaga de dicho país. El narcocorrido es una nueva composición artística que encuentra su origen en una forma de canto ancestral y sus temas en la actualidad mexicana.

Orígenes del narcocorrido

Antes que nada, se podría definir el narcocorrido como variedad actualizada del corrido. Verdad es que no existe tradición más mexicana que la de los corridos, esas heroicas baladas que celebran a los de “abajo”(1) , a los fugitivos pistoleros de la Revolución. Los corridos han sido para los pobres una manera de enaltecer a sus héroes. El narcocorrido es, pues, un género musical heredado de la Revolución y es ahora el vehículo de grupos musicales para difundir vida y obra de los narcotraficantes y de sus seguidores, originarios en su mayoría de zonas rurales y localidades del norte. Es, efectivamente, en esas zonas, en la región noroeste de México, donde es habitual el asesinato de policías y delincuentes, en las que los narcocorridos tienen mayor aceptación.

El corrido es el crisol de la formación de la nación mexicana y el narcocorrido revela una tradición musical llena de vitalidad, mostrando el lugar que ocupa el narcotráfico en la cultura mexicana contemporánea. Y es que del mismo modo que el corrido formó buena parte de la música folklórica en el México del siglo XIX, en la actualidad, el narcocorrido se ha vuelto uno de los elementos principales de la narcocultura en lugares como Culiacán, la capital del estado de Sinaloa.

Tal y como el juglar de la Edad Media relataba las aventuras del rey, el cantante del narcocorrido cuenta las andanzas de los traficantes de droga. De la misma manera, tal y como el corrido contaba eventos históricos revolucionarios, el narcocorrido relata las hazañas de los capos, a ritmo de polka, siendo el famoso acordeón norteño el principal instrumento.

Al éxito de los narcocorridos contribuyen tanto la afición popular por esta clase de música como el interés por las historias de los narcotraficantes.

El “contrabando”en México

En México, la producción y el tráfico de drogas llegaron a ser nuevas fuentes de riqueza. De hecho, son actividades que van desarrollándose de manera considerable desde finales del siglo pasado. La población tiende a dirigirse hacia los sectores informales para escapar de la falta de dinero.

México es un país donde la mano de obra abunda pero el desempleo alcanza a una gran parte de la población en edad de trabajar, incluyendo niños menores de edad. Entonces, la música aparece a veces como un factor de unidad nacional. Portavoz de las miserias cotidianas, la canción popular es a la vez rebelde y consensual(2).

Frente a esa situación de pobreza sin salida aparente, los desempleados integran un circuito paralelo: el del contrabando, denominación que se da, en los narcocorridos, al narcotráfico. En efecto, los beneficios de la droga no van reservados a una minoría de traficantes. Desde abajo hacia arriba, todo el mundo disfruta del tráfico, aunque, evidentemente, algunos ganen mucho más que otros, pero esa disparidad, que se encuentra en todos los sectores de la economía legal, no tiene nada excepcional para las poblaciones en cuestión, acostumbradas a cobrar la porción congrua de la riqueza nacional. El desarrollo de las actividades de tránsito hacia Estados Unidos y, sobre todo, el aumento de las superficies dedicadas al cultivo de la marihuana y de la coca tienen como consecuencia el abandono de sectores económicos menos lucrativos(3). Estos cultivos ilícitos alimentan la corrupción hasta el nivel más alto del gobierno, el cual se revela incapaz de ofrecer a su pueblo una verdadera alternativa a la violencia y a la miseria.

Por eso, los héroes de los nuevos corridos han cambiado. Ahora son célebres los narcotraficantes. Los temas de la droga y del tráfico de estupefacientes se generalizaron en el corrido alrededor del año 1990. El narcotráfico o contrabando, como se suele decir, es una realidad social que tiene su impacto. Por ello, los compositores populares, re-creadores de esa sociedad y de sus problemas, han tomado como temática esta actividad delictiva. Por ello, el corrido lleva ahora el prefijo irónico “narco-”.

Los narcocorridos son la voz de la juventud mexicana, sea la de los barrios latinos estadounidenses, sea la de los estados de Michoacán y Guerrero. Aparece, entonces, el narcocorrido como el analizador sociocultural en el cual sociólogos e historiadores encuentran formas y contenidos de la conciencia social popular(4). El narcocorrido canta lo inadmisible con lucidez y lirismo. Vemos pues que la ilegalidad moderna, representada en este caso por el narcotráfico, gestó su propia manifestación social.

Hace unos veinte años que los grupos de música del norte empezaron a incluir el contrabando en sus repertorios. Al mismo tiempo, la paulatina penetración del crimen organizado en el tejido social mexicano ha dado lugar a una narcocultura en toda regla, de la que los corridos son una de las manifestaciones más floridas. La Agencia Antidrogas estadounidense, la DEA (Drug Enforcement Administration), calcula que unas 350 000 personas trabajan de modo directo en el tráfico de estupefacientes en México. En cuanto a los que participan de manera indirecta en ello resulta imposible dar un número, ni siquiera aproximativo. Además, en el año 2002, el volumen de negocios de los carteles mexicanos alcanzó 30 000 millones de dólares(5). Se hace evidente que el fenómeno “narcocorrido” se inscribe dentro de una narcocultura que cala hondo en la sociedad mexicana.

El tema de la droga, si invade el corrido, es sintomático de la profundidad y de la gravedad de las nuevas crisis sociales que sufre México en este fin de siglo XX(6).

El narcocorrido refleja la crisis económica(7) y la caída progresiva del sistema heredado de la Revolución. Si es verdad que la Reforma agraria(8) había devuelto las tierras a los campesinos, hoy en día el pequeño agricultor no encuentra salida y prefiere reemplazar el maíz por la marihuana, aumentando así de manera evidente el valor de la tierra cultivada y del cultivo mismo.

Los sociólogos están de acuerdo en decir que los narcocorridos representan una muestra de rebeldía frente a un sistema político que no sólo no ofrece salidas, sino que ha hecho de la corrupción y de la impunidad los pilares de su supervivencia, puesto que los tentáculos del narcotráfico han alcanzado las esferas del poder(9) tales como diputados y ministros.

La quiebra económica y social reactiva el corrido, testigo, una vez más, de las aspiraciones y de los destinos populares. El corrido sobre el tema de la droga simboliza la expresión cultural que capta las nuevas crisis del México de fin del siglo XX.

Composición y temas abordados por el narcocorrido

Primero, es de notar que se efectuaron cambios significativos de fondo y forma en los corridos actuales. Con respecto a la métrica, se observa que la composición literaria en versos octosílabos sigue siendo la más frecuente; pero lejos de continuar con la típica agrupación de los versos, los narcocorridos han dejado de lado los cuartetos para dar preferencia a los sextetos. La utilización de las estrofas de seis versos en estas composiciones no es nueva, ya entre los corridos de los revolucionarios hay algunos que cuentan con ella. Lo relevante aquí es el marcado y recurrente uso de los sextetos por los compositores del narcocorrido. Los sextetos por su mediana extensión, permiten abundar más en la narración y proporcionar detalles acerca del hecho y de los personajes en una sola estrofa, ésta es una ventaja sobre los cuartetos.

Por lo que concierne a la rima, continúa siendo variada, es decir asonante o consonante, sólo que se ha especificado un poco en cuanto a los versos que suelen llevarla ; o sea que anteriormente, la rima bien podía recaer sobre los versos pares o impares. Ahora, en el narcocorrido, la rima suele aparecer sólo en los versos pares :


Salieron de San Isidro Procedentes de Tijuana (2) Traían las llantas del coche Repletas de marihuana (4) Eran Emilio Varela Y Camelia “la Tejana” (6) (10)


Luego, si antes los corridos se componían de revolucionarios, bandidos a caballo, ahora se componen de traficantes y de camionetas cargadas de drogas. En su libro Narcocorridos: un viaje dentro del mundo de drogas, armas y guerrilleros(11) , Elijah Wald(12) destaca los temas que abarcan los narcocorridos, tras haber vivido durante un año con troqueros. Este nuevo tipo de corrido aprueba y exalta a quienes están al margen de la ley. Ensalza la heroicidad de quien es capaz de pasarse al mundo del delito. De manera general, los narcocorridos son crónicas de aventuras, traiciones, infortunios, amores y demás hechos de individuos involucrados en el “negocio”, otro de los numerosos sinónimos del narcotráfico.

Ya sea en lenguaje común o mediante palabras y expresiones claves, está plasmada una visión parcial, pero creíble, de lo que es el narcotráfico. Ciertos corridos tratan de los orígenes del narcotraficante, y otros expresan las causas económicas que empujan al mexicano ordinario a convertirse en traficante de drogas.

Por ejemplo, Los Pumas del Norte, uno de los grupos más conocidos del género, cantan lo siguiente en el narcocorrido “el Agricultor”:

Por ambición al dinero
me metí en el contrabando.
No soporté la pobreza,
las promesas me cansaron.
Me estaba muriendo de hambre
y todo por ser honrado

[…]

Hoy tengo mucho más dinero
y vivo como quería.
Sigo siendo agricultor,
nomás cambié de semilla.

El narcocorrido, como ya lo hemos visto, ha cambiado los héroes del antiguo corrido y alaba a sus propios héroes, como Jesús Malverde(13), por ejemplo, el santo de los narcotraficantes. En los narcocorridos, el delito cometido no es ocultado; las canciones relatan las andanzas de los barones de la droga.

Entre otros temas, las letras de los narcocorridos hablan de amores y traiciones, de muertes y ajustes de cuenta entre distribuidores y sembradores de marihuana y cocaína. Menciona a los enemigos que son las policías judiciales, federales y de caminos.

Si es cierto que hoy en día en los corridos, las historias de los narcos dominan a cualquier otra temática, no necesariamente los narcos son los únicos personajes en esas crónicas. Enfrente de estos protagonistas aparece la policía, la cual es la contrapartida, o sea el antagonista, dentro de la narración. Propagan la idea según la cual los agentes encargados de combatir a los narcotraficantes resultan más fácilmente corruptibles y son más propensos a cometer delitos.

No obstante, frente a temas escalofriantes, los narcocorridos ofrecen la otra cara, la de la cotidianidad. En sus estrofas, el tráfico de drogas no es la principal amenaza para la seguridad nacional, sino el modo de vida de unos cuantos tipos aguerridos que saben jugar duro. Es el mundo de las alianzas familiares, del escape de la pobreza, del castigo a los traidores, de la exaltación de la hombría. Es lo que se canta, pero sin juzgar: se narra con humor.

Los narcocorridos son algo más que una descripción folklórica del fenómeno del tráfico de drogas y de sus personajes. Encierran moralejas. Tal y como lo pintan los Tucanes de Tijuana, el narcotraficante es, desde luego, un modelo de hombría mal entendida; es macho y vividor; es generoso con sus amigos; implacable con los traidores. Ahora bien, no todo es ganancia. Han logrado escapar de la pobreza pero para quedar atrapados en una trágica partida contra la muerte. Lo importante es darse cuenta de que las enseñanzas no sólo están destinadas a los profanos, sino que también los que se encuentran dentro del circuito, del mundo de la droga, pueden sacar provecho de ellas, sabiendo cómo comportarse frente a los más fuertes. En los narcocorridos viene la filosofía del “portarse bien” para los integrantes del cartel, con el fin de no morirse, o de no ser castigado.

Finalmente, el narcocorrido está encerrado en un marco temático del cual no se escapa, siendo impresionante el éxito. Abarca todos los temas que conciernen al pueblo sufrido, sea la sierra, sea la vida en el campo, sean las reglas del narcotráfico, etcétera, y éste se reconoce en los narcocorridos como uno se reconocería en un espejo. Esta manera de visualizar la “narcovida” en los narcocorridos hace que un gran sector de los que los escuchan vea en los capos algo de honestidad y carácter heroico, incluso con estima. Así, los narcocorridos cumplen, indirectamente, la función de hacer de esa actividad un anhelo, de presentarla como una alternativa viable para sobresalir en la vida, ya sea en lo económico, en la valentía o en la invulnerabilidad ante la ley. Por esta razón, los estados de Baja California y Sinaloa han vetado la difusión de los narcocorridos en las radios y televisiones, y es lo que se llama Censura.

Contrabando y traición
(Angel González) Los tigres del norte

Salieron de San Isidro,
procedentes de Tijuana,
traían las llantas del coche
repletas de mariguana.
Eran Emilio Varela
y Camelia "La Texana".

Cruzaron por San Clemente,
los paró la migración,
les pidió sus documentos,
les dijo "de dónde son",
Ella era de San Antonio,
una hembra de corazón.

Una hembra si quiere a un hombre
por él puede dar la vida,
pero hay que tener cuidado
si esa hembra se siente herida.
La traición y el contrabando
son cosas incompartidas.

A Los Ángeles llegaron,
a Hollywood se pasaron
y en un callejón oscuro
las cuatro llantas cambiaron.
Allí entregaron la yerba,
y allí también se las pagaron.

Emilio dice a Camelia
"hoy te das por despedida,
con la parte que te toca
ya puedes rehacer tu vida,
Yo me voy pa’ San Francisco
con la dueña de mi vida".

Sonaron siete balazos,
Camelia a Emilio mataba,
la policía sólo halló
una pistola tirada.
Del dinero y de Camelia
nunca más se supo nada.


El agricultor
(Rogelio Válver) Los pumas del norte

Por ambición al dinero
me metí en el contrabando,
no soporté la pobreza
las promesas me cansaron.
Me estaba muriendo de hambre
y todo por ser honrado.

Al igual que muchos otros
tengo derecho a la vida,
hoy tengo mucho dinero
y vivo como quería,
sigo siendo agricultor,
nomás cambié la semilla.

Yo sé que el negocio es duro
que traigo en cuello mi vida,
porque ando contra la ley,
desde que entré lo sabía:
pero pa’ salir de pobre
ésta es la única salida.

Hoy que probé la riqueza,
ser pobre yo ya no quiero,
seguiré vendiendo yerba
en todito el mundo entero,
no importa que pa’ lograrlo
tenga que rifarme el cuero.

Como todo mexicano
me gusta vivir alegre
y con música norteña
el corazón se me enciende,
viva la sierra muchachos
junto con toda su gente.

No se me espanten señores,
yo sólo ando trabajando
y al país traigo divisas
y empleos estoy generando,
si hay otros peores que yo
y hasta los andan cuidando.

Notas

(1) Expresión utilizada por Mariano Azuela como título de su famosa novela sobre la revolución mexicana.

(2) MUSSET, Alain, L’Amérique centrale et les Antilles, une approche géographique, ed. Armand Colin, Paris, 1998, pág. 102. Traducción hecha por la autora de este trabajo: “la musique apparaît parfois comme un facteur d’unité nationale. Porte-parole des misères quotidiennes, la chanson populaire est à la fois rebelle et consensuelle.”

(3) Ibíd., pág. 152.

(4) AUBAGUE, Laurent, “ le corrido mexicain ”, in Musiques et Sociétés en Amérique Latine, ed. PUR, col. Mondes Hispanophones, Rennes, 2000, pág. 122. Traducción de la autora de este trabajo: “sociologues et historiens retrouvent les formes et les contenus de la conscience sociale populaire”.

(5) Fuente internet : www.peacelink.it/webgate/latina/msg03008.html

(6) Ibíd., pág. 120. Traducción de la autora de este trabajo: “ le thème de la drogue, s’il envahit le corrido, est symptomatique de la profondeur et de la gravité des nouvelles crises sociales que le Mexique traverse en cette fin de XX° siècle.”

(7) Entre 1971 y 1982, la economía se debilita. Las causas son externas e internas. De hecho, México sufrió los efectos de la crisis económica mundial, es decir, la subida de los costes de la energía; y sufrió las consecuencias de la recesión que ocurrió en Estados Unidos en 1974 y 1975. A las causas externas se añaden las causas internas. En efecto, el presidente Echeverría había adoptado una política populista (extensión del sector público, reducción de las ganancias de los empresarios privados y control de las inversiones y tecnologías procedientes del extranjero) y tercermundista, lo que ocasionó el endeudamiento de las finanzas públicas y el incremento de la inflación. Entre 1982 y 1988, México conoció dificultades económicas causadas por la dependencia con respecto al extranjero tanto en el plano financiero, o sea el endeudamiento, como en el plano comercial (México fue exportador de petróleo a partir de 1974). La euforia que marcó la presidencia de López Portillo se acabó el 22 de agosto de 1982 cuando México se declaró en suspensión de pagos , ya que el crudo había subido de precio a finales del verano de 1981. México conoció luego otra crisis, en 1986, con el contrachoque petrolero que engendró la caída de las recetas petroleras. La deuda exterior del país resultó, en ese entonces, muy elevada. En 1987, después de haber beneficiado de una primera ayuda por parte del Fondo Monetario Internacional, recibió un préstamo de Estados Unidos que se elevaba a 3,5 mil millones de dólares y otros créditos del FMI que alcanzaban 2 mil millones de dólares. Esas crisis ocasionaron el desmoronamiento de la moneda mexicana: el peso. A principios del año 1982, un dólar valía 25 pesos, a finales de 1982 un dólar valía 95 pesos, para terminar en 1987 a la desvalorización extrema siguiente: 1 dólar = 3000 pesos. El poder adquisitivo de los mexicanos cayó al mismo tiempo que se desvalorizó la moneda. El pueblo buscó entonces una salida para sobrevivir, fuera legal o no.

(8) La Reforma agraria se apoyó en un principio de la Constitución de 1917. A partir de 1921 fue cuando se empezó a aplicar dicha reforma. Consistió en que el Estado tenía derecho a repartir la tierra a los campesinos y obreros agrícolas. El Estado también estaba encargado de reconocer la propiedad privada de la tierra a unos individuos, con tal de que no sobrepasaran 150 hectáreas de tierras irrigadas. Así, los latifundios iban a dejar lugar a la pequeña propiedad. Además, con la restitución de tierras comunales y la atribución de ejidos - pequeñas parcelas de tierra – a los campesinos, se intensificó la alianza ya existente entre el Estado y la población rural. La repartición de las tierras llegó a ser en ese entonces la base de una economía más compleja y más productiva.

(9) Fuente internet : www.pacificnews.org/jinn/

(10) Los Tigres del Norte, Contrabando y traición, Fonovisa, 1973.

(11) Publicado en octubre de 2001, en inglés y en español, por Rayo, un subsidiario de Harper and Collins Publishing.

(12) Fuente internet : www.elijahwald.com. Elijah Wald empezó a escribir a principios de los años ochenta, sobre la música folk, blues e internacional publicando artículos en varios periódicos y trabajando por más de 10 años como crítico de “ música del mundo ” para el diario The Boston Globe, al que dejó en Junio del 2000.

(13) Jesús Malverde: delincuente de principios del siglo XX. Se dice de él que les quitaba el dinero a los ricos para dárselo a los pobres. El Bandido Generoso Malverde como lo han apodado tiene altares en muchas zonas rurales del Norte y su estampa hasta puede aparecer junto a la Virgen de Guadalupe, la figura religiosa de mayor devoción entre los mexicanos.


Autor: Noemïe Massard

Ilustración por Samuel Marín

Fuente: http://www.lasiega.org/index.php?title=El_narcocorrido_mexicano:_expresi%C3%B3n_de_una_sociedad_en_crisis.

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